Jaime Semprún, El abismo que se repuebla, Éditions Encyclopedie des nuisances, 1997
jueves, noviembre 19, 2009
¿Qué hijos vamos a dejar al mundo?
“Cuando el ciudadano-ecologista pretende plantear la cuestión más incómoda preguntando: ¿qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos? evita plantearse esta otra cuestión, realmente inquietante: ¿qué hijos vamos a dejar al mundo?”
miércoles, noviembre 18, 2009
Balanza de bolsillo
Ayer vi en una tienda de decomisos (sí, todavía existen, no todas han sido fagocitadas por los todoacién) una balanza de bolsillo, aproximadamente como ésta:

Como soy un caprichoso sin redención, me entraron ganas de comprármela. Mi cerebro de consumista se puso en marcha, encontrándole varias utilidades al aparatejo; menos mal que acudió en mi ayuda el sentido común, que me dijo: "Si costase cinco euros, ya me parecería una tontería pero ¿gastarse treinta euros por lo menos en un cacharro que vas a guardar en un cajón? Así que me alejé preguntándome: ¿para qué querría nadie una balanza de bolsillo?
Supongo que a priori soy un cándido, y que realmente hay gente que lleva una balanza en el bolsillo. Pensándolo un poco se me ocurren pocas cosas legales que requieran sacarse una balanza de la chaqueta.

Como soy un caprichoso sin redención, me entraron ganas de comprármela. Mi cerebro de consumista se puso en marcha, encontrándole varias utilidades al aparatejo; menos mal que acudió en mi ayuda el sentido común, que me dijo: "Si costase cinco euros, ya me parecería una tontería pero ¿gastarse treinta euros por lo menos en un cacharro que vas a guardar en un cajón? Así que me alejé preguntándome: ¿para qué querría nadie una balanza de bolsillo?
Supongo que a priori soy un cándido, y que realmente hay gente que lleva una balanza en el bolsillo. Pensándolo un poco se me ocurren pocas cosas legales que requieran sacarse una balanza de la chaqueta.
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