sábado, agosto 19, 2006

Limpieza general


Hoy tocaba limpiar el baño y la cocina, eso quiere decir que me ha dado tiempo a escuchar los últimos discos de El canto del loco y de los Yeah Yeah Yeahs. Por ese orden, si no, imposible. Esa sesión de tarea doméstica musicada me ha confirmado en una teoría que me anda rondando desde hace algún tiempo: España lleva cuarenta años de retraso musical con respecto a Gran Bretaña y los EE UU, lo cual es una buena noticia, porque ya hay alguien capaz de copiar a los Beatles.

No debería mezclarlo con mi reflexión anterior, pero ahí va: por fin, y gracias a un tal Dinamitrooon (o algo parecido) he podido escuchar el famoso tema "Las infantas bailan rock" de los "Maruja y los Filoestuches" ¡No está tan mal, tío, como para que andes poniendo la excusa de que lo has perdido! ¡Hubiéseis podido pasar a la historia de la Movida!

Humm... creo que mi cuarto empieza a almacenar una cantidad inaceptable de polvo. Voy a por el plumero.

martes, agosto 15, 2006

Une vague de plus

De Godard, sólo puedo decir que me han gustado dos películas (habré visto cuatro o cinco): La Chinoise y Je vous salue, Marie de la que ya he realizado algún banal comentario en este blog.
Alphaville me pilló en mal momento.
Louis Malle y Eric Rohmer se me antojan extremadamente irregulares. De Rohmer puedo decir que prefiero no ver dos veces una de sus películas, a la segunda siempre termino preguntándome porqué me gustó la primera vez (será que sólo aprecio su capacidad para sorprenderme).
Alain Reisnais ha hecho, para mí, el camino inverso a Godard: de tostón ha pasado a ser un tío interesante, al menos en sus dos últimas películas, On connaît la chanson y Pas dans la bouche.
Y del resto, Claude Chabrol y compañía... no se me ocurre nada.

lunes, agosto 14, 2006

De Godard y el tostón francés


Leo en un paréntesis del blog de cine de Borja Hermoso en El Mundo esta vitriólica frase dedicada a Jean-Luc Godard:

...director, por cierto, que fue un clásico en vida y que hoy es un tostón en vida


y, como siempre, se me va la olla y me pongo a pensar que si todos los directores de la Nouvelle Vague se han convertido al cabo de los años en unos tostones, y que, al fin y al cabo, fue una suerte que François Truffaut se muriese antes de convertirse en un tostón (afirmación discutible que no debo dejar de discutirme un día de estos).

...y sigo divagando y se me ocurre que Francia entera se ha convertido en un tostón (de diez años para acá). Y que lo que les pasa a los franceses es que se han quedado allí, en la Nouvelle Vague, en una generación octogenaria, que se niega a evolucionar. Y que el deseo oculto de los franceses es que resuciten Brel, Brassens y Gainsbourg, y que Françoise Hardy vuelva a tener diecinueve años y vista de Paco Rabanne.

No, me estoy engañando, el que quiere que Francia vuelva a ser así soy yo. Los franceses, simplemente, ya no saben lo que quieren ¿y qué país lo sabe?