A veces, leer el periódico no es una forma de perder el tiempo. En El País de ayer entrevistaban a René Vautier.
Cuarenta y seis años tardaron los franceses en poder ver Afrique 50, un documental de René Vautier que pasa por ser el cineasta más censurado de Francia, y yo añadiría del mundo, pues en ningún otro país podría tener alguien la oportunidad de ser tan censurado. Hoy sigue siendo un desconocido en su país, e incluso su entrada en la Wikipedia faltan referencias a esta durísima película, reflejo de la sangrienta política colonial francesa, y aún más sangrienta política postcolonial.
¿No es acaso un gran paso para la humanidad el leer un artículo en el periódico y poder ver inmediatamente la obra a la que hace referencia? Los mercaderes de la cultura nunca podrán entender eso.
miércoles, diciembre 09, 2009
martes, diciembre 01, 2009
¡Ponte a escribir de una vez!
Escribir. Se dice fácil. Tan fácil como decir "la inspiración tiene que cogerte trabajando". ¿Y quién te pone a trabajar sino la inspiración?
Triste excusa.
Tictactictac.
Andaba yo muy optimista cuando abrí el ventanuco de "Nueva entrada".
Tictactictac.
Juraría que tenía algo que decir. Se me habrá olvidado.
Triste excusa.
Tictactictac.
Andaba yo muy optimista cuando abrí el ventanuco de "Nueva entrada".
Tictactictac.
Juraría que tenía algo que decir. Se me habrá olvidado.
domingo, noviembre 22, 2009
jueves, noviembre 19, 2009
¿Qué hijos vamos a dejar al mundo?
“Cuando el ciudadano-ecologista pretende plantear la cuestión más incómoda preguntando: ¿qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos? evita plantearse esta otra cuestión, realmente inquietante: ¿qué hijos vamos a dejar al mundo?”
Jaime Semprún, El abismo que se repuebla, Éditions Encyclopedie des nuisances, 1997
miércoles, noviembre 18, 2009
Balanza de bolsillo
Ayer vi en una tienda de decomisos (sí, todavía existen, no todas han sido fagocitadas por los todoacién) una balanza de bolsillo, aproximadamente como ésta:

Como soy un caprichoso sin redención, me entraron ganas de comprármela. Mi cerebro de consumista se puso en marcha, encontrándole varias utilidades al aparatejo; menos mal que acudió en mi ayuda el sentido común, que me dijo: "Si costase cinco euros, ya me parecería una tontería pero ¿gastarse treinta euros por lo menos en un cacharro que vas a guardar en un cajón? Así que me alejé preguntándome: ¿para qué querría nadie una balanza de bolsillo?
Supongo que a priori soy un cándido, y que realmente hay gente que lleva una balanza en el bolsillo. Pensándolo un poco se me ocurren pocas cosas legales que requieran sacarse una balanza de la chaqueta.

Como soy un caprichoso sin redención, me entraron ganas de comprármela. Mi cerebro de consumista se puso en marcha, encontrándole varias utilidades al aparatejo; menos mal que acudió en mi ayuda el sentido común, que me dijo: "Si costase cinco euros, ya me parecería una tontería pero ¿gastarse treinta euros por lo menos en un cacharro que vas a guardar en un cajón? Así que me alejé preguntándome: ¿para qué querría nadie una balanza de bolsillo?
Supongo que a priori soy un cándido, y que realmente hay gente que lleva una balanza en el bolsillo. Pensándolo un poco se me ocurren pocas cosas legales que requieran sacarse una balanza de la chaqueta.
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