Es una película que llevaba décadas intentando volver a ver. Había desaparecido completamente, hasta de las mediatecas francesas, vete tú a saber porqué.
Ayer pude por fin volver a verla. No me decepcionó.
La película había sido condenada por la iglesia católica y los payasos de Cristo Rey se habían apostado a las puertas del cine para canear cinéfilos intransigentes.
Había visto poco de Godard, y esperaba ver algo muy transgresor, muy irreverente. Y lo que vi, y volví a ver ayer, fue un precioso poema sobre la Creación, el Alma y el Cuerpo.
Pocas veces he visto una defensa de la existencia de Dios tan bien argumentada. Me dieron mucha pena los jerifaltes onanistas del Vaticano, más dispuestos a perdonar la pedofilia que practican algunos de los suyos que el hecho de que en una película salga la Virgen María en pelotas.
En fin, que os la recomiendo.
miércoles, febrero 01, 2006
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