lunes, febrero 20, 2006

Yerba mate y otras cosas sueltas

Desde hace poco me he aficionado a la yerba mate. Los argentinos y uruguayos hablan maravillas. Magnesio en cantidades industriales, diurética, ayuda a adelgazar... me preocupa mucho el alto contenido en cafeina, pero no veo que sea tan excitante como el té o el café, sino más bien revitalizante (como decía la hormiga atómica). Además, como todo lo he tenido que aprender solo, no sé si lo cebo bien.

Se me ha ido el santo al cielo. Envidio a la gente que puede pasarse horas y horas haciendo el trabajo que le gusta (ya hablé de que se consideraba un modo de alcanzar la felicidad. Lo he experimentado muy pocas veces. La cabeza funciona a velocidad de crucero, las ideas fluyen, te acuestas excitado y te cuesta dormirte, pero no experimentas la ansiedad del insomnio, sino que el sueño va creciendo a medida que los pensamientos disminuyen su ritmo, y te levantas descansado.

Avanzo lentamente, pero avanzo. No deja de preocuparme el hecho de que pueda pararme en seco, pues avanzar es una sensación extraña a mí, acompañada de una alegría serena y de un punto de preocupación, pues todavía no sé adónde voy, ni hacia dónde quiero ir.

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